Los Colmilludos, 2006. grafito sobre papel (dibujo perdido)
Dibujos Favoritos
"Si una pintura es como una sinfonía, el dibujo es una sonata; preciso, económico; en cada línea un haiku."
- Jonathan Barbieri
El Crimen
La Juez
Testa Efímera
La serie incluye dibujos de formato grande que consisten en intervenciones con grafito y pintura sobre impresiones digitales de inyección de tinta. Las dimensiones son aproximadamente de 110 por 150 a 200 centímetros, aúnque hay algunas piezas de formato chico.
Las impresiones surgen de radiografías craneales, la mayoría de las cuales son tomadas de niños desconocidos quienes sufrieron traumas de algún tipo. Las imágenes digitalizadas de dichas radiografías se combinan y manipulan en Photoshop con radiografías que he tomado yo mismo de diferentes elementos naturales como: un feto de vaca, perros, chapulines, pescados etc.
El tejido óseo que se revela a través de los rayos X, me proporciona una armazón donde puedo realizar un dibujo transparente pero epidérmico, logrando así desarrollar la cara exterior del sujeto. Se trata de un ejercicio “cuasi forense”, cuyo objetivo inmediato es la reconstrucción de un rostro desconocido previamente por mí; sin embargo, hay poco énfasis en el aspecto científico, aunque la morfología ósea insinúe el modelado del rostro final.
Me interesa ver qué ocurre como resultado de este proceso alquímico que combina el empirismo de una técnica fotográfica de laboratorio clínico, con la poesía y libertad de expresión inherente en el dibujo. Testa Efímera se trata de una reexaminación del proceso del retrato. En el retrato tradicional se alude a lo interior (alma) por medio de la actividad que se manifiesta en la superficie del rostro. El retratista parece el pescador que, a través de la lectura de las corrientes marinas, percibe los cardúmenes en las profundidades. Como si fuera el alma un pez gigante. En Testa Efímera el proceso del retrato está concebido y ejecutado en sentido contrario de la convención señalada. El trabajo inicia en “el corazón” del sujeto y avanza hacia fuera. Aquí los huesos (cuna del alma) determinan lo que habrá de emerger a la superficie.
Pero más allá de una estética o una reformulación del retrato, más allá del circuito cerrado y cómodo en que la mayoría de las teorías de arte contemporáneo se reducen, un nuevo imperativo impulsa este proyecto: la guerra, la esclavitud, la explotación sexual, la hambruna y la degradación del planeta caracterizan el inicio de nuestro siglo, y el hecho de que las víctimas principales de estos flagelos son niños deforma el concepto que tenemos de civilización. Enmarcada por esa realidad brutal, mi decisión de utilizar radiografías de niños con traumas craneales como fundamento metafórico de estas impresione/ dibujos, no es casual.